
Este retiro se centra sin complejos en Dios, específicamente en tu relación con Él. Independientemente de si te identificas como religioso, espiritual o si tienes dudas sobre tus creencias en Dios, este retiro busca crear un espacio sagrado donde puedas explorar y profundizar tu relación única con la divinidad. Utilizaremos nuestra práctica de yoga para facilitar esta exploración. En el centro mismo de la filosofía y la comprensión del yoga se encuentra Dios. Sin una conexión con una agencia o inteligencia divina, tú y yo siempre permaneceremos separados. Es nuestro despertar a la presencia de Dios en todas las cosas lo que nos lleva a la plenitud.
Durante nuestro tiempo juntos, exploraremos nuestra práctica de vinyasa con una intención inquebrantable en la respiración y en la quietud mental, y descubriremos que la presencia de Dios ha estado en nosotros desde siempre. Luego nos preguntaremos qué significa esto para nuestras vidas, cómo nos convertimos en encarnaciones vivientes de la oración, redescubriremos lo que significa tener fe y vivir al servicio del Espíritu.
Nuestros días comenzarán con caminatas silenciosas y meditación, seguidas de práctica de asanas, tras lo cual conversaremos sobre el tema del día. Las siguientes horas pueden dedicarse a lo que mejor les convenga: a escribir un diario, a reflexionar y orar, a explorar los alrededores, a recibir tratamientos, a surfear o simplemente a descansar. Por las tardes, nos reuniremos para una práctica más reparadora, seguida de una sesión vespertina de cierre, contemplativa, de oración y diálogo.
Este retiro es accesible para todos y no tiene denominación religiosa. Sus creencias, fe y prácticas personales serán honradas y respetadas. La intención no es cambiar las creencias de nadie, sino cultivar un espacio sagrado donde puedan profundizar su relación con el Espíritu y redescubrir la fe.
Troy siempre ha dicho que abandonaría el yoga si no creyera que tiene el potencial de profundizar nuestra comprensión de Dios y aumentar nuestra capacidad de amar. En su libro, anima a los lectores a redefinir su relación con Dios si es necesario y señala que «que nos hablen de Dios» no es lo mismo que «llegar a conocerlo» y cultivar la relación personal con el Espíritu.
Aunque su práctica de asanas comenzó en 2003, las enseñanzas fundamentales del yoga viviente han formado parte de su vida desde tiempos inmemoriales. Durante la última década, tuvo el honor de profundizar sus estudios, práctica y enseñanza bajo la guía de destacados maestros. Troy ha llegado a comprender que la práctica del yoga trasciende las posturas físicas o cualquier otra forma en la que nos sintamos tentados a encasillarla. Considera la práctica como una especie de "campo de entrenamiento" donde, a través de una concentración íntima e intencional, profundizamos nuestra relación con la mente, la respiración y nuestra comprensión personal de Dios.
Como profesor de yoga, Troy busca compartir una práctica profunda que incorpore una forma de oración y permita a cada practicante conectar con algo más allá de los aspectos físicos de la práctica. Además, busca crear continuamente un espacio accesible para todos, sin importar su fe, edad o limitaciones físicas.
Con movimientos conscientes e intencionales, Troy aporta una dimensión íntima y poderosa a la clase de yoga actual, ayudando a conectar la esencia pura del yoga con el mundo desconectado de hoy. La base de su enseñanza no es solo la respiración, sino la relación que uno tiene con ella. Considera esencial que descubramos que ninguna postura, ninguna transición y ningún momento son iguales; descubramos lo que significa vivir el presente, el único momento en el que podemos conocer y sentir el Amor Genuino.
Para obtener más información sobre Troy, asegúrese de visitar su sitio web, sus perfiles sociales y su libro recientemente publicado, "Mi nombre es amor: no somos tan diferentes".
Para obtener más información sobre Troy, asegúrese de visitar su sitio web, sus perfiles sociales y su libro recientemente publicado, "Mi nombre es amor: no somos tan diferentes".